sábado, 14 de diciembre de 2013

Entrevista a Imanol Ortega: Investigador formado en Andalucía estudia la política turca

En esta entrevista a Imanol Ortega, politólogo y profesor de español, tuvimos oportunidad de entender mejor el paradigma político turco, nos dió a conocer las becas de Formación de Personal Investigador/Universitario, además de aportarnos un ejemplo de cómo seguir investigando en tiempos adversos. 

¿Qué te ha llevado a interesarte por Turquía? 

Después de terminar la licenciatura en Ciencias Políticas, inicié el máster sobre Cultura árabe y hebrea de la Universidad de Granada. Con la intención de aunar estos conocimientos, empecé a interesarme por el Islam político en Turquía y conseguí una estancia de 6 meses para terminar mi trabajo fin de máster en la Universidad del Bósforo.  Al terminarlo, al mismo tiempo que varios profesores me animaban a hacer la tesis, en 2010 me concedieron una beca predoctoral FPU (Formación de Personal Universitario). Desafortunadamente, al año, a causa de los recortes, me suspendieron la financiación y para sobrevivir, busqué trabajo como profesor de español.  Ya han pasado un par de años y en los ratos libres que me deja la docencia, intento acabar la tesis.


Una vez instalado en Estambul y tras el varapalo de que te quitaran la beca,  ¿cómo consigues salir adelante?

Para reinventarme como profesor de español, me saqué un título y al principio, trabajé en academias piratas, dando clases particulares y haciendo otros trabajos que pagaban una miseria. Luego, poco a poco, fui cogiendo experiencia y con determinación, llegué a dar clases en la universidad, hasta hoy.

El reto fue empezar de cero. Ya podía haber vivido solo en Granada durante cuatro años y Turquía ser un país mediterráneo, que el choque cultural no me dejó indiferente. Como ocurre en España, más allá de las zonas turísticas, el uso del inglés era escaso y yo no tenía ni idea de turco. Recuerdo que los tres primeros meses fueron duros y lo que me hizo tirar hacia adelante fue el hacer algo que me gustaba. Y no solo eso, el carácter amable de la gente también ayudó puesto que aprecian el interés que pone uno por integrarse. Al final, no solo me motiva la investigación, sino la inmersión cultural en todo lo que es el mundo turco, su política, su literatura, su lengua, sus tradiciones.

Con tu tesis, nos acercas a la política turca y al paradigma del partido político AKP.  ¿Qué metas y métodos han guiado tu trabajo de investigación?

Congreso de Sakarya en Octubre de 2012

En mi tesis, pretendo llegar a definir qué tipo de modelo de partido político es el AKP. Ha sido con las revueltas/revoluciones de la Primavera árabe cuando se ha empezado a considerar al AKP como un modelo exportable (existe un acalorado debate académico en torno a ello). Después de examinar todo el movimiento islamista en la historia de Turquía, trato de ver si el AKP es algo novedoso (democracia conservadora), una reformulación de lo anterior o un proceso de aprendizaje de todos los partidos islamistas o de los partidos predominantes de centro-derecha anteriores.

El trabajo es principalmente documental pero también me he entrevistado con académicos, periodistas y políticos turcos, al igual que voy aprendiendo el idioma con la intención de leer fuentes turcas y facilitar el estudio. Con decirte que la primera universidad en la que estudié, no tenían ningún libro en inglés y que la secretaría de relaciones internacionales me rehuía.

 ¿Cómo se relaciona tu investigación con las teorías existentes en la política turca, por ejemplo, con el centro-periferia?

Sí, creo que la noción centro-periferia es muy importante para comprender la política contemporánea de Turquía. Dicha noción se refiere a un centro que aglutina todo el proyecto de reformas positivistas y la herencia kemalista de Ataturk, que de alguna forma "desislamizó" Turquía del régimen teocrático otomano para instalar régimen republicano, a pesar de haber mantenido en sus comienzos matices autoritarios, pasó a una democracia multipartidista en la década de los años 50. El éxito electoral y posterior consolidación política del AKP debe ser considerada como un punto de inflexión en la política turca, la cual puede ser comparada con el éxito electoral del partido islamista Refah Partisi en la década de los años 90, anteriormente a la consecución del golpe militar de 1980 y de cómo los militares, por medio de una ideología hegemónica considerada como Síntesis Turco-Islámica, supervisaron un “soft Islam”, entre otras cosas, para contrarrestar al comunismo y legitimar las políticas de índole autoritario posgolpista. 


  

 ¿Qué marca la diferencia en el islamismo turco y qué instituciones velan por él?
Al parecer, lo verdaderamente característico y enriquecedor del Islam turco es la pluralidad y variedad de formas en que éste se manifiesta: islam de los doctores de la ley, de las cofradías, islam popular, islam político e incluso el islam singular y doctrinalmente marginal de los alevíes. Lo curioso es que la distinta relación entre estos tipos de Islam en la época actual junto con el laicismo republicano, han llevado a síntesis originales, como el propio AKP y extraordinariamente sugerentes en un contexto intelectual generalmente marcado por el pluralismo y la tolerancia religiosa. De ahí, la complejidad para clasificar con qué tipo de modelo de partido político es clasificado el AK Parti.

El modelo de laicismo alla turka esta supervisado institucionalmente desde la instauración de la república por medio de la Dirección de Asuntos Religiosos (Diyanet İşleri Başkanlığı, DİB). La intención del progenitor de los turcos, Mustafa Kemal Ataturk, no puede considerarse como una desislamización plena del sistema político sino más bien el posicionamiento de la conflictividad entre modernización y religión en la ignorancia de lo que él consideraba el “verdadero Islam”, es decir, un Islam que debía adaptarse a las circunstancias y necesidades de la época, para entre otras cosas, ser compatible con la Ciencia y la Modernidad las “verdaderas guías para la vida”.      Si el laicismo requiere la neutralidad del Estado hacia todas las religiones, sectas y credos, el modelo turco seria deficiente, ya que, el servicio que provee el DİB está dirigido a los musulmanes, con lo que no representa a los ciudadanos turcos que no mantienen esa creencia. Desde su creación, estas instituciones oficiales han divulgado una cierta interpretación y prácticas del Islam sunní de interpretación hanefí, excluyendo así a otras minorías religiosas musulmanas como los alevíes. A ello se añade la enseñanza de la asignatura obligatoria de religión, basada en el Islam de interpretación hanefí, como se ha dicho, sería un principio constitucional en este “extraño” modelo de laicidad. Por lo que dichas instituciones son las mejores herramientas para la homogenización de los turcos en términos de prácticas y creencias religiosas. 


 ¿Que parecido destacarías entre los procesos democráticos de España y Turquía respectivamente? 

Mas allá de lo religioso, sin duda, hay semejanzas entre España y Turquía  en los pasos que siguieron en la transición a la democracia. De hecho, muchos miembros del AKP, que en 2002 arrasó en las urnas con un 30% o 40% de votos a los pocos meses de su formación, habían formado parte de los anteriores partidos islamistas. Esos mismos protagonistas fueron los que de un tiempo para otro, en lo que algún académico considera como modernización de los partidos políticos de carácter islamista a un modelo de partido de masas, pasaron de proclamar la instauración de un Estado islámico en Turquía a declararse como demócratas, abogar por los derechos humanos y la adhesión del país a la Unión Europea.

Entiendo que tu voluntad por integrarte en la sociedad turca ha contribuido positivamente en tu trabajo, empezando por la ventaja de investigar in situ. 

Sí, a pesar de mantener un contacto directo con el objeto de estudio, en referencia a lo personal, todo esto me parece un sueño porque nunca me había imaginado poder subsistir en un país  tan diferente al propio, empezar desde cero, salir adelante y vivir circunstancias que te hacen entender mejor temas a los que anteriormente no le dabas mucho valor, como la inmigración cuando tú te conviertes en uno de ellos. Te hace crecer como persona y como investigador. Hay gente que escribe sobre Turquía sin haber estado nunca aquí. En mi tesina, por ejemplo, se notaba esa distancia.


Aparte de defender la tesis en la Universidad de Granada,  ¿qué expectativas tienes de volver? 
La verdad es que no lo sé. En una de las universidades para las que trabajo, conocedoras de mi investigación, me han dejado caer algún proyecto para cuando acabe la tesis. Pero, por otro lado, a nivel personal, mi pareja tiene ganas de volver. Dicho eso, no creo que en España pueda hacer lo que estoy haciendo aquí. CReo que en algunos casos, la carencia espabila y todo ello puede compensarse con una mayor motivación. 
Si no fuera por el apoyo y ánimo que recibí de ciertos profesores para investigar y de todo mi círculo de amistades y familia, el apoyo institucional brilla por su ausencia y lo más preocupante es el poco incentivo que hay a que la gente que se fue por una temporada, regrese. Entre las amistades que tengo, algunos consideran la vuelta, otros marcharse a un país diferente, pero ninguno puede esquivar la incertidumbre de hacer planes sin un apoyo fuerte. Por ello, lo que iniciamos de manera temporal, puede alargarse para siempre, dejando que países que no invirtieron en nosotros, se queden con nuestro talento.



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